Es una de las enfermedades neurológicas más frecuentes, que afecta a uno de cada 200 personas siendo el pico de su desarrollo a los 20 años aproximadamente.
Las manifestaciones de esta enfermedad suelen asustar a quienes las presencian. Pero basta con mantener la calma y brindar la atención adecuada.
Los padres deben estar informados sobre el tipo de epilepsia que padece su hijo para así poder ayudarlo a superar las crisis epilépticas.
De acuerdo a la sintomatología se puede destacar la que afecta un hemisferio cerebral y se la denomina crisis focal o parcial, que se ven afectados los sentidos, las emociones, y existe una primera fase en la que el niño se da cuenta de lo que le está pasando, momento que suele ser llamado aura y la que abarca los dos hemisferios es una crisis generalizada, donde la conciencia del niño es la primera víctima de la epilépsia.Los afectados suelen quedar desconectados del entorno, inconcientes, inmóvileso realizandoacciones repetitivas y automatizadas. A esta fase se la denomina ausencia.
Las crisis constituyen la manifestación más frecuente de la epilépsia, una afección neurológica crónica, que refleja una disfunsión cerebral.Durante estas crisis se producen interupciones súbitas, transitorias, recurrentes e impredecibles del funcionamiento cerebral.
Los pasos a seguir ante una crisis son:
Acostar al niño , en lo posible de costado, mantener la calma y procurar lo mismo con las personas que lo rodean.
Despejar el área de objetos peligrosos para evitar golpes, por eso es útil colocar ropa aplastada o almohadas debajo de la cabeza y no intentar sujetarlo aél ni a su boca o su lengua.
Aflojarle la ropa para favorecer su respiración,
Permanecer al lado del niño hasta que su respiración se normalice y el episodio finalice.Si es posible, registrar el tiempo y los sintomas a fin de brindar mas datos luego para su diagnóstico.ç
Retirar comida o aparatos de ortodoncia remobibles que puedan obstaculizar su respiración.
Contactárse con el pediatra.
Para la detección de la enfermedad se consideran los síntomas y se tienen en cuenta los estudios electrofisiológicos correspondientes como ser los electroencefalogramas de superficie, polisomnogramas, videoelectroencefalogramas y resonancias magnéticas. Una vez evaluados estos estudios el pediatra y el neurólogo evaluarán los pasos a seguir para establecer el tratamiento adecuado para el niño.